Piojos y liendres en la cabeza – ¿Cuánto debemos preocuparnos?
Al hablar de pediculosis casi siempre nuestra mente nos evoca la idea de piojos y liendres en la cabeza, independientemente de que estos ectoparásitos pueden localizarse también en el vello de otras partes del cuerpo, particularmente en el vello púbico.
La infestación por piojos está tan asociada a la cabeza que al ver a alguien rascándose el cuero cabelludo, aunque sea de manera sutil y disimulada frecuentemente nos hace pensar – y sentir – en la presencia de estos insectos.
Para decirlo de forma concreta: los piojos nos generan ansiedad.
La pregunta aquí es ¿por qué esa ansiedad? ¿cuál es realmente el corazón del problema?
¿De que tipo de problema estamos hablando?
Cualquier condición que afecte nuestra salud o la de nuestra familia, la de nuestros niños es un asunto que nos despierta las señales de alarma por alguna o varias de las siguientes razones:
- Produce algún tipo de incomodidad o alteración de la vida cotidiana familiar, escolar o laboral temporal o permanente
- Generar daño en el organismo de quien sufre un padecimiento, el cual puede ser crónico y/o grave
- Requiere de la asistencia de uno o mas miembros de la familia, algunos de los cuales tienen que sacrificar sus propias actividades por dedicarse a atender al enfermo
- Producen gastos de montos y duración variables
- Causan la muerte
La pediculosis, la infestación por piojos y liendres produce: a) una alteración temporal de la vida cotidiana; b) NO genera un daño en el organismo; c) suele requerir la asistencia de un miembro de la familia para solucionarlo, en especial en el caso de niños o personas mayores; d) Por supuesto que produce gastos; pero e) NO causa la muerte por ningún motivo.
Como puede verse este padecimiento es relevante en dos aspectos: la alteración de la vida cotidiana y la generación de gastos.
Veamos primero algo de los gastos…
Cifras publicadas por la Academia Americana de Pediatría de los Estados Unidos indican que para 1990 los gastos anuales relacionados al tratamiento de los piojos estaban alrededor de los $367 millones de dólares.
Sin embargo, dichos egresos casi 10 años después se habían triplicado rondando los $1000 millones de dólares anuales.
En México no hay datos confiables sobre el gasto que representa este problema sin embargo hay estimaciones de que entre 6 a 12 millones de personas padecerían pediculosis y que al menos 25 Estados de la República han reportado brotes de infestación por piojos, en algunos casos en repetidas ocasiones.
¿Qué tan grave es todo esto para la salud de una persona?
Sin restarle importancia a la magnitud económica que puede representar para el país la pediculosis ¿qué tanto afecta a la salud individual?
Podría decirse que el problema, aunque ciertamente es un desequilibrio físico, sus efectos más relevantes son sociales y psicológicos.
No importa que sepamos ahora que la pediculosis es un problema global que afecta a una gran cantidad de países del mundo, sean estos industrializados o en vías de desarrollo.
Tampoco importa que se conozca que no hay una preferencia por personas de alguna condición socioeconómica o racial específica.
El asunto es que “tener piojos” sigue siendo un estigma de suciedad y de pobreza, aunque no lo sea y genera una etiqueta de “indeseable” que produce rechazo, desprecio, asco y consecuentemente separación y aislamiento.
La ansiedad que se origina por este padecimiento es debida a estas consideraciones y no a un daño físico de cualquier magnitud.
¿Es fácil o difícil de resolver?
La respuesta corta debería ser: ¡es muy fácil!
La respuesta larga es necesaria porque hay varios factores a tomar en consideración.
El primero de esos factores está en la prevención.
Prevención: Antes de pensar siquiera en los piojos que están en la cabeza, esos que nos están produciendo una comezón incesante y desesperante deberían pensar en como evitar que esos bichos lleguen ahí.
Conocer que en la primavera y el verano cuando sube la temperatura y humedad ambientales favorecen el crecimiento de piojos es esencial, como también lo es estar atentos a lugares y situaciones donde el contacto de una cabeza sana contra una infestada se vuelve el mecanismo de transmisión especialmente con los niños. Este es un punto difícil de controlar.
Tratamiento: Si no pudimos prevenir la infestación en la cabeza el tratamiento debería tener el objetivo de eliminar piojos y liendres de la manera más rápida y completa posible.
Mientras que esto es completamente posible de hacer en una primera sesión donde se combinara una revisión y búsqueda meticulosa con peines adecuados acompañada de la aplicación de una sustancia con propiedades para matar piojos y liendres, en muchos casos no sucede así.
Las revisiones con peines pueden requerir tiempo, meticulosidad, buena visión o lentes de aumento e iluminación óptima y si alguno de estos elementos falla, la extracción resulta incompleta
Pero luego está el tema de los medicamentos, los cuales han estado a la mano de cualquier persona que no sea médico y que deseé utilizarlos y desafortunadamente se han utilizado mal en algunos casos provocando efectos indeseables, pero sobretodo resistencia en los piojos haciendo que muchas sustancias que fueron promisorias en algún tiempo ahora tengan una efectividad disminuida.
Piojos: El tercer factor de esta ecuación son los piojos mismos, lo cual está estrechamente ligado al punto anterior.
Insectos que se han expuesto repetidamente a dosis variables de insecticidas y que no los han matado, los han hecho mas fuertes como dice el dicho.
Los piojos que crearon mecanismos de defensa contra sustancias que estaban diseñadas para matarlos ahora las resisten y se han convertido en Super Piojos.
Si una infestación de primera vez o por reincidencia ocurre con estos Super Piojos, será mas complicado atacarlos con recursos individuales, y en su lugar será necesario crear estrategias más complejas o esperar la creación de nuevas sustancias.
¿Cuáles es la mejor opción para tratar a los piojos y liendres en la cabeza?
Por supuesto que la mejor opción es no tener infestación, es decir la prevención debería estar a la cabeza de cualquier tratamiento. Pero evidentemente si buscamos un tratamiento es porque la prevención no fue suficientemente eficaz.
El abordaje en casa de manera empírica puede seguir siendo efectivo si se emplea el peine de manera cuidadosa y exhaustiva, al tiempo que se asocia esta revisión con una sustancia de las que pueden conseguirse sin receta como son aquellas que contienen permetrina o piretrinas.
Pero ante la duda o la falta de resultados se hace necesario consultar a un médico general, familiar, pediatra, dematólogo, etc., el cual podría indicar un tratamiento más potente que requiera de una receta, indicaciones y vigilancia muy precisas aunque con el consiguiente gasto adicional que representaría todo esto.
Por favor comparta sus comentarios o dudas en la parte inferior