Epidemia de Piojos – Un problema creciente en México
Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle.
Sócrates (470 AC-399 AC) Filósofo griego
Resumen Los piojos han aparecido en la historia de la humanidad al menos desde los escritos bíblicos y seguramente desde mucho antes. En América existen por lo menos desde hace 4000 es decir antes del descubrimiento del continente por Colón. En México hay evidencia escrita de que ya existían en las culturas prehispánicas como la azteca o la maya. Ha habido un repunte sin embargo desde la década de los 60’s del siglo pasado, siendo predominante en las escuelas de educación básica y media básica y alcanzando números que rebasan los 6 millones de niños y adolescentes en el país. Este problema no solamente representa un daño a la salud física y mental sino también a la economía familiar con gastos anuales innecesarios equivalentes a $50-$150 USD por afectado por tratamientos recurrentes y fallidos. La manera de abordar el problema deberá considerar una organización social con prevención y tratamiento sincrónico en lugar de la conducta habitual hasta el momento que se mantiene individualizada asincrónica.
Summary Lice have appeared in the history of mankind at least from Biblical writings and surely long before. In America, they exist at least 4000 years ago which is before the discovery of the continent by Columbus. In Mexico, there is written evidence that they already existed in pre-Hispanic cultures such as the Aztec or the Mayan. There has been a rebound however since the ’60s of the last century, being predominant in elementary and middle school and reaching numbers that exceed 6 million children and adolescents in the country. This problem not only represents damage to physical and mental health but also to the family economy with unnecessary annual expenses equivalent to $ 50- $ 150 USD per affected by recurrent and failed treatments. The way to address the problem should consider a social organization with synchronous prevention and treatment instead of the usual behavior until the moment it remains asynchronous individualized.
¿Qué ocurre con los Piojos en México?
No sabemos a ciencia cierta cuando comenzó la epidemia de piojos en nuestro país. Estos parásitos han vivido con el hombre desde tiempos inmemoriales. Ya están citados en textos tan antiguos como la Biblia siendo la tercera plaga que envía Dios a Egipto por no liberar a los hebreos (Exodo 8: 16-19).
Hay evidencia de la presencia de piojos en el continente americano de por lo menos 4000 años de antigüedad gracias a la presencia de estructuras de piojos y liendres encontrados en restos humanos momificados en donde se estableció una civilización en la región centro-sur de los Andres, mas específicamente en el sitio arqueológico de Camarones en el norte de Chile.
En el territorio de lo que ahora es México la presencia de piojos se refirió tanto en el llamado ‘Libro Sagrado de los Mayas’ el Popol Vuh, como el la Historia General de las Cosas de la Nueva España o Códice Florentino a períodos precolombinos. No obstante dado que ambos textos fueron publicados durante la época colonial, hubiera sido discutible si tal presencia de piojos realmente ocurrió antes o después de la llegada de Colón.
No obstante el antecedente citado arriba, abre la posibilidad a que la distribución de dichos insectos realmente hubiera ocurrido con mucha antelación al descubrimiento de América y a su ulterior conquista por los españoles.
Así es que para fines prácticos podemos decir que los piojos han estado en México y en toda América al menos desde hace varios siglos.
¿Qué ocurrió entonces con los piojos en todo este tiempo y porqué ahora volvemos a prestarles tanta atención?
Es difícil saber con precisión la forma en como se han mantenido estos parásitos en el tiempo. Es decir, es obvio que en caso de los piojos de la cabeza han seguido transmitiéndose por el contacto, pero durante mucho tiempo fueron un estigma de los más pobres y si las clases mas pudientes los hubieran tenido no lo hubiesen manifestado por el temor de la vergüenza pública, que significaba una especie de desprestigio.
Por lo tanto quizás siempre han existido muchos más casos reales de los que realmente identificamos como sociedad, no obstante a partir de los años 60’s con el cambio de hábitos y costumbres de la sociedad en general en relación a la higiene, el uso del cabello en hombres y mujeres y el aumento de la población, se ha observado un repunte en el número de casos conocidos de pediculosis en el país así como en el resto del mundo.
Hay algunas cifras que estiman que el número de niños con infestación de piojos puede superar a los 6 millones en el país, aunque hay que decir que no existe un plan nacional o planes estatales sobre la atención a este padecimiento que lleven estadísticas puntuales por lo cual es difícil de determinar cuales son los verdaderos valores de incidencia y prevalencia.
¿A quién le importan y a quién no?
Los piojos y liendres por supuesto son un tema de urgencia para quién los padece por la comenzón y otras molestias asociadas como infecciones sobrepuestas después del rascado. Y si los afectados son niñas y niños por supuesto serán un tema de preocupación crítico para las mamás y los papás que no desean ver a sus hij@s sufriendo de esta ectoparasitosis y tampoco que transmitan los insectos a otros miembros de la familia libres de ellos.
También son un tema muy relevante para las autoridades escolares y las juntas de padres de familia que tienen que contender con el problema de disminuir la prevalencia de casos al interior de los planteles y bloquear la transmisión de los niños infestados hacia los que no los están.
Obviamente mientras exista el problema también habrá la oferta por parte de una industria que produce artículos de prevención y eliminación para resolverlo.
Y en una menor medida hay grupos de investigación en algunas instituciones interesados en estudiar el fenómeno ya sea desde el nivel de la biología del piojo hasta sus manifestaciones en la comunidad.
Todos estos actores mencionados arriba en mayor o menor medida están preocupados por un problema que lejos de detenerse o disminuir parece crecer día con día. No obstante quienes al parecer no están muy interesadas son las autoridades sanitarias tanto locales como estatales y federales, quienes a pesar de ofrecer – pequeñísimas – piezas de información en sus portales correspondientes, no conducen mayores esfuerzoa hacia un problema al que consideran de poca relevancia por sus bajos niveles de morbilidad o mortalidad.
¿En cuáles lugares podemos encontrarlos?
Aunque se ha repetido en innumerables ocasiones y parece un lugar común las escuelas por mucho siguen siendo el lugar de mayor prevalencia de pediculosis de la cabeza, debido a que son lugares de alta concentración de personas, que además tienen contacto estrecho.
Por supuesto, las cárceles y otros centros de concentración también son sitios en donde puede existir una alta frecuencia de transmisión, sin embargo por el número de este tipo de lugares comparados con el número de escuelas en cualquier ciudad grande o pequeña, estas instituciones siguen liderando el padecimiento y quizás lo hagan por mucho tiempo.
No obstante es importante voltear a ver otras areas donde la concentración de personas puede ser tan o más intensa que en las escuelas y en los cuales el contacto del cabello de una persona con otra desconocida es altamente problable. Nos referimos al transporte público en donde el movimiento o tránsito de personas aunque sea transitorio en conjunto puede superar ampliamente el de una población escolar.
Cualquier persona que haya hecho uso del transporte público como metro, autobuses, trolebuses, tranvías o minibuses colectivos, en especial durante horas pico, tendrá evidencia de primera mano del contacto tan estrecho que puede llegar a tener una persona con otra. En esos contactos usualmente incómodos por traspasar los límites de la privacidad, es común que lleguen a tocarse los cabellos de una persona con otra favoreciendo en ese acto la transmisión de piojos.
Podríamos mencionar también lugares de alta concentración de seres humanos como los hospitales, las iglesias y los estadios, aunque hay que decir que en estos sitios no siempre es común un contacto tan estrecho como el que hemos mencionado en el transporte público o como el contacto cotidiano entre escolares.
¿Es momento de prevenir o de tratar?
Las epidemias cualesquiera que éstas sean nos hablan de un problema activo que ya está en diseminación en la población, lo cual ocurre con el caso de las pediculosis. Sin embargo una diferencia interesante que hay que notar es que mientras que en otro tipo de epidemias se puede prevenir el contagio por aislamiento, por vacunación o por inmunidad, en el caso de los piojos ninguna de estas circunstancias ocurre.
En el caso del aislamiento, podría decirse que es la medida que se ha tratado de llevar a cabo en las escuelas al no permitir la entrada de los niños infestados. Por diversas razones esto a pesar de que en principio es una medida lógica, en la práctica ha resultado muy ineficiente por problemas de diagnóstico con personal que no está debidamente capacitado, por inconsistencia en la aplicación de las medidas de control por parte de las escuelas o de las familias o simplemente porque en algunos casos implica trasgresiones reales o supuestas a la dignidad de las personas.
Además de lo anterior, no hay políticas de aislamiento para personas con la parasitosis en otros ambitos como los laborales en el caso de los adultos, así que esto sería por si misma una falla en una medida general de aislamiento y dado que no es un problema grave como podría ser una epidemia de poliomielitis, de ébola o sarampión, pues tampoco se justifica una regulación impuesta por las autoridades sanitarias.
Por otra parte, ni hay vacunas para evitar el contagio de los piojos, y la pediculosis no deja inmunidad.
Por lo tanto, la infestación con piojos es un ciclo que se puede presentar incontables veces en una persona, una familia y una comunidad, para el cual hay que aplicar medidas tanto preventivas como curativas en cada ocasión.
La prevención, si fuera generalizada y constante brindaría un deacaimiento progresivo de la transmisión lo que redundaría en una disminución del problema activo, pero en este caso es muy dificil de llevar a cabo en grandes poblaciones.
¿Por qué debemos estudiarlos?
Hay varias razones para seguir estudiando a los piojos y liendres de la cabeza:
La primera de ellas es porque al producir comezón intensa están directamente asociados a la generación de lesiones en la piel tras el rascado vigoroso. Estas lesiones en la piel favorecen la introducción de bacterias de diferentes tipos, algunas de las cuales producen infecciones de distinta gravedad.
Además de las infecciones cuando la comenzón es tan persistente como lo es en esta enfermedad, produce un estado constante de intranquilidad y ansiedad que impide a las personas y particularmente a los niños descansar adecuadamente mientras duermen y por lo tanto rendir adecuadamente en sus actividades diurnas.
Una tercera, pero poderosa razón es el gasto que genera este padecimiento en las finanzas familiares del cual hablaremos en el siguiente post. Ahora solo mencionaremos que se calcula que entre la compra múltiple de medicamentos por resultados fallidos, consultas al pediatra, uso de repelentes y clínicas antipiojos una persona promedio podría gastar entre $1000 a $3000 pesos mexicanos ($50 – $150 USD) al año y aún seguir con piojos.
¿Cómo afrontar la epidemia?
Pero todo el conocimiento que existe sobre las pediculosis y los piojos no tendrá ningún efecto sino existe un plan organizado ya sea por la autoridad sanitaria o por la sociedad civil para atacar el problema.
Lo que hemos hecho hasta el momento como sociedad ha sido callar por vergüenza la presencia de la infestación y ocultarla inclusive de los familiares más cercanos. Luego nos hemos ocupado de tratarla de manera individual con resultados diversos.
Pero independientemente de si los resultados individuales son exitosos o no, el gran problema es que sus efectos son asincrónicos con el resto de las personas. Es decir cuando algunas personas resuelven el problema, otras persona apenas lo inicia y otra se encuentran a la mitad del camino.
Si existiera una coordinación de esfuerzos en un grupo, y el mejor grupo para esto sería una escuela, todas las personas con infestaciones activas y sin ellas actuarían como un conjunto generando un proceso de eliminación sincronizado y luego un proceso de prevención también sincronizado dando como resultado un control masivo de la pediculosis, inclusive en el caso de que nuevos casos pudieran venir nuevamente de afuera.
Referencias
- Zúñiga Carrasco, I. R., & Caro Lozano, J. (2010). Pediculosis: Una ectoparasitosis emergente en México. Revista De Enfermedades Infecciosas En Pediatría, XXIV(94), 56–63.
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Actividad de Aprendizaje: Test
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