Como quitar piojos con coco
Algunos tratamientos como quitar piojos con coco pueden resultar tan sorprendentes como lo son muchos de los aceites esenciales y extractos de una larga lista de frutos, flores, hojas, cortezas, etc.
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En principio existe una controversia entre quienes apoyan el uso indiscriminado y totalmente empírico de los recursos naturales para tratar enfermedades y aquellos quienes solamente pueden confiar en los resultados que se obtienen de investigaciones controladas basadas en el método científico.
El problema con los primeros es que en muchas ocasiones se emplean recursos naturales que pueden resultar dañinos ya sea porque dado que no están purificados además de las sustancias que potencialmente ofrecen efectos terapéuticos se aplican otras cuyos efectos no son deseados y pueden causar mas perjuicio que beneficio, tal es el caso de las alergias o los envenenamientos.
En relación con los segundos el asunto es que si bien el método científico ha probado ser el enfoque mas racional y confiable en una gran cantidad de ejemplos en la Medicina, tampoco está exento de riesgos, sus productos desarrollados por la industria suelen ser caros y fuera del alcance de una gran cantidad de la población y lo más importante es que el enfoque reduccionista de la Ciencia y la Medicina modernas frecuentemente omite o desprecia algunas observaciones debidas al conocimiento tradicional y la intuición que a la larga resultan válidas.
Por lo tanto, en este blog seguiremos explorando esa interfase entre la sabiduría tradicional y el método científico estricto que existe en muchas de las posibilidades terapéuticas de la pediculosis.
Y en esta ocasión nos toca atisbar en la interfase del coco como tratamiento contra piojos.
El coco no necesita presentación
Es cierto ¿quién no conoce un coco? Hasta las personas que habiten en los extremos del mundo mas lejanos de la franja tropical, habrán visto u oído acerca de los cocos en los medios de comunicación.
Cualquier persona que no haya tenido la oportunidad de beber el agua de un coco en la playa o comerse su pulpa en un vaso con limón, sal y chile al menos habrá probado un dulce, un postre o un helado de coco.
O por lo menos habrá utilizado algún shampoo, jabón o esencia de coco para perfumarse o aromatizar el ambiente.
Bueno, pues el coco es nada más y nada menos que un árbol frutal cuyo nombre científico es Cocos nucifera. Es una especie ubicua es decir que crece en una gran cantidad de regiones del mundo, con muchas variedades, y sobre la cual se discute si su origen fue en Asia, América u Oceanía particularmente Nueva Zelanda.
Actualmente la India, Indonesia y Filipinas son los principales productores de coco en el mundo. Honrosamente México se encuentra en la lista de esos grandes productores y exportadores de coco en el mundo.
Como veremos más adelante al coco se le han atribuido una larga lista de propiedades nutricionales y medicinales
Pero ¿coco contra los piojos?
¡¿en serio?!
¿Cuáles son los beneficios del coco para la salud?
En el campo de la nutrición el coco cuenta con un amplio repertorio de sustancias valiosas para la dieta como enzimas, factores de crecimiento, vitaminas – entre ellas las del complejo B – y diversos micronutrientes.
Pero quizás el rasgo más relevante por el que se ha asociado el coco a la salud en la actualidad sea por la abundancia de grasas principalmente de cadena intermedia cuya proporción es mucho mayor que la de carbohidratos y proteínas, convirtiéndolo en una de las frutas – sino la que número uno – que más calorías pueden aportar individualmente.
Por esta razón su uso se ha extendido en diversas partes del mundo gracias a la promoción del uso de su aceite como un cardioprotector, característica que ha sido discutida por diversos investigadores quienes sostienen que debe seguirse considerando como una grasa saturada y evitar su consumo sobretodo en personas con riesgo cardiovascular.
En Medicina además de su supuesto efecto cardioprotector se ha postulado con mas o menos evidencias científicas en cada caso que el coco puede servir como aporte de electrolitos, antídoto para intoxicación por diversos venenos o para el tratamiento del abuso de drogas, como anticoagulante principalmente por su efecto para evitar la formación de trombos, como un recurso natural que previene la formación de las placas de ateroma en las arterias, como un coadyuvante en disminución de los niveles de lípidos en sangre y como un efecto indirecto derivado de este como preventivo en la formación de cálculos renales o vesicales de tipo graso.
La lista continúa con el coco propuesto para combatir el cáncer y como un inmunoestimulador. Sus efectos metabólicos le confieren también cualidades antidiabéticas y hepatoprotectoras además de que contiene ciertos compuestos hormonales capaces de mimetizar los efectos de las hormonas humanas principalmente aquellas que intervienen en la regulación del ciclo menstrual.
¿También contra los bichos?
No conformes con las aplicaciones potenciales que se han mencionado del coco, los humanos le hemos buscado al coco propiedades contra insectos y microorganismos.
Parece ya un lugar común o definitivamente un cliché que a cada planta sobre la Tierra además de colgarle “miles de beneficios” le añadamos también el de antibiótico e insecticidas gratuitos, pero antes de fruncir la nariz detengámonos un poco en la lógica de esta premisa.
Los seres vivos móviles – entre los que estamos nosotros los humanos – contamos por supuesto con un sistema de protección contra organismos invasores: el sistema inmune. Pero además podemos movernos y espantar a las moscas, aplastar mosquitos entre las palmas, pisar cucarachas y muchas más especies que se nos pongan enfrene.
Las plantas también tienen un sistema inmune, pero a diferencia de nosotros no pueden casi moverse para ahuyentar o repeler insectos, por lo tanto, ellas – y ellos también porque se incluye a los árboles – han desarrollado mecanismos adicionales de defensa por medio de los cuales bacterias, hongos, insectos ya sea que rechacen acercarse o que al hacerlo para infectar o parasitar mueran al posarse o comer alguna parte de esa planta.
Este es un tema común en el mundo vegetal y es entre otras razones uno de los argumentos de porque siempre se buscan efectos antibióticos, antivirales, antiparasitarios e insecticidas en las plantas en general.
Las diferencias no obstante pueden radicar tanto en la especificidad de organismos para los cuales se han diseñado tales mecanismos de defensa, la cantidad de estos y su potencia. Es por eso por lo que ni todas las plantas sirven para todo, ni todas tienen la misma eficacia.
En el caso específico del coco hay algunas moléculas bien identificadas a las cuales se les han atribuido los efectos de repelencia y toxicidad contra diversas infecciones.
Compuestos tales como el ácido laurico, la monolaurina y monocaprina producen entre otras cosas una disrupción de la membrana de bacterias tales como Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, de hongos como Candida albicans o de virus como Epstein-barr, citomegalovirus o virus de la influenza, ocasionando su destrucción
Contra los insectos el compuesto identificado como más probable de producir repelencia es el ácido dodecanoico.
¿Hay evidencia científica específica contra piojos?
Hay al menos dos estudios llevados a cabo ambos en el 2009 por grupos independientes tanto de Alemania como del Reino Unido.
En el primero de ellos Burgess y colaboradores estudiaron un grupo de 100 personas convocadas mediante anuncios en periódicos. Las personas que acudieron a la convocatoria fueron evaluadas para saber si reunían los requisitos del estudio uno de los cuales era ser mayor de dos años y también para clasificar el tipo de infestación.
Después de esta primera evaluación fueron sometidos a dos diferentes tipos de tratamiento por 14 días.
A un grupo se le aplicó una loción con una fórmula conteniendo permetrina al 0.43% la cual es un tratamiento comercial convencional y hasta hace poco tiempo uno de los estándares de oro de tratamiento de la pediculosis – antes de la aparición de resistencias alrededor del mundo.
Al otro grupo se le aplicó un aerosol conteniendo anís y aceite de coco además de otros componentes no considerados activos.
Al final del estudio se concluyó que en el grupo tratado con el aerosol con aceite de coco y anís la curación de la pediculosis ocurrió en el 82% de los casos en tanto que en el grupo tratado con la permetrina solo el 42% de los participantes mostró curación.
En el estudio llevado a cabo en Reino Unido, Connolly y colaboradores llevaron a cabo una comparación similar al estudio anterior contra la permetrina, pero en este caso el producto a evaluar fue un shampoo que solo contenía emulsión de coco.
Mediante una estrategia que se desarrolló entre estudiantes de escuelas del Reino Unido y sus padres, se aplicó a los alumnos infestados ya sea permetrina o el shampoo con coco en un lapso que fue de cero a siete días para constatar los resultados en una revisión entre los 8 y 15 días de comenzado en proyecto.
Según lo reportado por este grupo los porcentajes de efectividad con la permetrina a los ocho días fue del 14% de los participantes sin piojos, en tanto que con el shampoo que contenía coco los porcentajes de curación fueron del 61% si solo se trató al alumno hasta del 96% si incluyó a otros miembros de la familia que siguieron el mismo tratamiento.
Conclusiones
Lo que puede concluirse de todo esto es que las plantas son una fuente latente de moléculas con propiedades benéficas para la salud, particularmente en lo referente a la acción que ejercen sobre microorganismos, parásitos e insectos.
El coco en particular tiene un amplio historial empírico en diversas culturas del mundo como un recurso terapéutico útil en un gran espectro de enfermedades.
En relación con sus acciones como insecticida y mas específicamente como pediculicida se podrían mencionar al menos moléculas como el ácido laurico, la monolaurina, la monocaprina o el ácido dodecaenoico.
Hasta el momento no existe una confirmación de que estas moléculas produzcan un efecto bien identificado sobre el piojo, sin embargo, hay pruebas clínicas que indican con suficiente evidencia que el coco contenido en shampoos o aerosoles es más efectivo contra la supervivencia de los piojos que fármacos elaborados con permetrina.
Referencias
- Burgess, I.F., Brunton, E.R. & Burgess, N.A. Eur J Pediatr (2010) 169: 55. https://doi.org/10.1007/s00431-009-0978-0
- Connolly, M., Stafford, K., Coles, G., Kennedy, C., & Downs, A. (2009). Control of head lice with a coconut-derived emulsion shampoo. Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology, 23(1), 67-69. doi:10.1111/j.1468-3083.2008.02829.x
- Debmandal, M., & Mandal, S. (2011). Coconut (Cocos nucifera L.: Arecaceae): In health promotion and disease prevention. Asian Pacific Journal of Tropical Medicine, 4(3), 241-247. doi:10.1016/s1995-7645(11)60078-3
Video
A continuación, un video sobre la perspectiva general (no necesariamente científica) del aceite de coco sobre los piojos:
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