Remedios para los piojos y liendres: Cabezona de río
Hasta ahora hemos revisado en este blog una lista que ya va siendo larga de diversos remedios para los piojos y liendres, fundamentalmente basados en recursos naturales pero también en recursos caseros.
Algunos de los mencionados remedios muy conocidos de manera empírica pero también cuentan con abundante literatura científica que soporta su uso de una un otra forma, este es el caso por ejemplo del aceite del árbol del té, del romero o la lavanda por mencionar algunos.
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Otros remedios resultan algo extravagantes porque los identificamos con otros usos o aplicaciones pero que al investigar si existen datos confiables científicamente hablando sobre su acción contra la pediculosis, nos sorprende ver que la tienen y que además puede ser mucho mejor que la de los medicamentos de patente prototípicos del tratamiento anti-piojos. En esta caso podríamos poner al coco o al mamey.
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Pero hay todavía otros que siendo muy nombrados y conocidos en el arsenal casi automático de remedios a la mano en la casa, resulta que tienen muy poco soporte científico detrás. Este es el caso de la planta que nos ocupa hoy: la cabezona de río.
Cabe decir que el hecho de que no se encuentren referencias específicas sobre el efecto de esta planta sobre piojos y liendres, no significa necesariamente que no sirva para tal fin. No obstante desde el punto de vista médico no se puede confiar solamente en las referencias anecdóticas pues estar pueden ser erróneas en algún aspecto.
Pero antes de poder concluir cualquier cosa, veamos porque en este momento decimos que no hay evidencia suficiente para hablar de la cabezona de río como un remedio para la pediculosis.
¿Quién es la cabezona de río?
Esta es una planta netamente mexicana. Aunque
aparentemente se le menciona en la Historia General de las cosas de la Nueva España también conocido como Códice Florentino, escrito por Fray Bernardino de Sahagún es descrita por su nombre científico por primera vez en el siglo XVIII por el naturalista y botánico alemán Carl Sigismund Kunth.
Su nombre científico precisamente es Helenium mexicanum pero tiene una variedad de nombres comunes dependiendo de la región.
Por su prominente cabezuela que es tal vez su rasgo mas característico para muchas personas el nombre común más conocido es el de cabezona o cabezona de río como la hemos denominado en el título, sin embargo hay lugares como el Bajío (Guanajuato, Querétaro, parte de Michoacán y Jalisco) en donde se le conoce como ojo de pollo también por esta característica.
¿Que propiedades médicas tiene?
Esta es una planta a la que se le han atribuido un espectro de propiedades médicas desde estimular el estornudo para la evolución de las enfermedades de vías aéreas superiores hasta para calmar el dolor que produce la degeneración de las raíces nerviosas dorsales conocida como tabes dorsal.
Otras propiedades asociadas serían el actuar como insecticida. Conabio menciona específicamente que puede utilizarse contra los piojos… pero del ganado.
¿La cabezona sirve para tratar la pediculosis humana?
Desafortunadamente a pesar de las menciones que pueden encontrarse en sitios de referencia como la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana o la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) no existen publicaciones científicas arbitradas e indexadas en plataformas como Pubmed que hablen de forma específica sobre efectos de la Helenium mexicanum o cabezona sobre piojos o liendres del humano.
Entonces ¿por qué la mencionamos aquí?
Como mencionamos en la Introducción hay algunos recursos naturales que en el inconsciente colectivo están asociados a tratamientos precisos de enfermedades determinadas.
Este es el caso de la cabezona, la cual para muchas personas es un remedio natural efectivo para eliminar o al menos repeler a los piojos.
Hay que decir que el hecho de que no exista literatura científica al respecto sobre el efecto de esta planta en la pediculosis no niega su efectividad, simplemente que no hay evidencia formal y sistemática basada en la experimentación y en la aplicación clínica que sustente aún su uso de manera responsable y profesional, es decir mas allá de lo anecdótico.
Ahora bien ya para concluir esta entrada, mientras que no existen como dijimos publicaciones científicas sobre la cabezona y su efecto en los piojos, lo que sí hay y que no podemos soslayar es evidencia de que el género Helenium y otras plantas de la familia de las Asteráceas poseen unas moléculas conocidas como lactonas sesquiterpénicas como la tenulina, la lactupicrina y las mexicaninas por mencionar algunas que han mostrado un efecto tóxico en diversos insectos como el taladro del maíz por ejemplo (Ostrinia nubilalis).
Estos datos pueden ser la base para llevar a cabo una búsqueda y experimentación de los efectos potenciales sobre los piojos por parte de estas moléculas no solamente provenientes de la cabezona sino de plantas emparentadas.
Conclusiones
La cabezona es una planta asociada al tratamiento de la pediculosis sin embargo no existen evidencias científicas directas de tal efecto.
Esta falta de información no descarta su efectividad, pero al mismo tiempo no permite recomendar de manera profesional el uso de esta planta o de sus extractos para el tratamiento de la pediculosis.
Sin embargo, es importante señalar que plantas de la misma familia contienen moléculas llamadas lactonas sesquiterpénicas que han mostrado un efecto sobre diversos insectos por lo que sería deseable que se lleven a cabo proyectos de investigación que exploren la acción de dichas moléculas en los piojos y liendres.
Referencias